'Wemby' de plata

París, 10 ago (EFE).- Ha sido una de las estrellas de los Juegos de París, adulado por el público, aclamado por el país que le mira como uno de los grandes del baloncesto, pero Victor Wembanyama no ha conseguido destronar a los Estados Unidos en la final por el oro.

El joven jugador, de 20 años, ha firmado los mejores números de la subcampeona olímpica, con 26 puntos en la final fue el máximo anotador y superó su propio récord con la selección, pero no fue suficiente para contrarrestar el empuje de Stephen Curry, 24 puntos, más decisivo en el duelo.

Sus lágrimas al final del duelo muestran lo elevada de su expectativa propia y de la ilusión con la que defiende la camiseta de su país.

A 'Wemby' le ha faltado algo de experiencia y madurez para izar a Francia un escalón por encima, aunque ha sido una pieza clave para que los anfitriones disputaran la final.

Tras haber firmado unas cifras estratosféricas en su primer año en los Spurs de San Antonio, el número 1 del último "draft" llegó como la gran esperanza del baloncesto francés, para tratar de superar un escalón que se les escapa a los galos, como al resto del mundo frente a las figuras de la NBA.

Nadie pensaba que la magia de Wembanyama bastaría por sí sola para hacer descarrilar la locomotora de los Stephen Curry, Lebron James o Kevin Durant, pero sí elevar el nivel de juego y, sobre todo, despertar una entusiasmo por el equipo de baloncesto.

El joven jugador, que hasta hace unos meses destilaba su talento en un pequeño pabellón de las afueras de París, donde estaba bajo las órdenes del seleccionador, Vincent Collet, ha conseguido ambos objetivos.

Pese a que sus cifras están por debajo de lo esperando, tanto el técnico como los jugadores reconocen que ha influido en la forma de jugar, ha sabido integrarse en el engranaje del equipo aportando un toque superior de nivel.

Desde los partidos previos al inicio de los Juegos, Wemby ha conseguido seducir a una masa de franceses deseosos de presenciar, en carne y hueso, a su nueva estrella internacional.

Mientras, el propio Wembanyama se ha mantenido en su propia burbuja. Ha jugado el juego de la estrella mediática, asistiendo a presentaciones de la marca de moda que le patrocina y que encargó que le creara un traje a medida al cantante y diseñador Pharrel Williams, o firmando autógrafos de aficionados.

Pero ha sabido también refugiarse de esa expectación, dentro de la burbuja del equipo, fuera de la Villa Olímpica para evitar que el jaleo afectara a la preparación.

En su ya legendaria madurez precoz, 'Wemby' ha dejado caer su disconformidad con su propio rendimiento, pero también lo ha sabido contextualizar.

El jugador, de medida excepcionales, 221 centímetros (aunque en la NBA figuran 224), de 234 centímetros de envergadura, de movimientos eléctricos inesperados para su perfil, ha dado un paso más en el proceso de convertirse en una estrella planetaria.

Nacido en Le Chesnay, una tranquila localidad de las afueras de París en el seno de una familia de deportistas, madre exjugadora y profesora de gimnasia e hija de antiguos jugadores de baloncesto, padre ex atleta de triple salto de origen congoleño, 'Wemby' no esperó muchos años para empezar a decir en casa que soñaba con ser una leyenda.

Precoz en todas las categorías inferiores, primer francés en ser el número 1 del 'draft', lleva años dando éxitos a las categorías inferiores de Francia.

Su salto a la absoluta ha sido espectacular y en una docena de encuentros se ha convertido ya en el referente.

Junto a Antoine Dupont, a Léon Marchand, a Tedy Rinner, 'Wemby' es, por mérito propio una de las estrellas francesas de estos Juegos, aunque sea de plata.

Luis Miguel Pascual